Junto a mi tumba has llorado
y la tierra que tu llanto
regó con pasión ayer
te ha devuelto agradecida
un majestuoso clavel.
Una rosa que hace tiempo
colocaste en la tared
se ha despertado a la vida
al contemplar el clavel.
Es hermoso contemplarlos
porque si lo miro a él
me parece ser yo mismo
lleno de vida y de fé.
Y es hermoso porque él
se enamoró de la rosa
y al contemplarla parece
como si te viera ayer.
Son felices y se quieren
ella rosa y el clavel
como tu yo nos quisimos
blanca y negra nuestra piel.
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